Nace el empollo tras las aguas caídas
y un jabardillo emprende el vuelo
buscando calor.
Cuando las hojas se secan,
se desnudan los árboles
húmedos, tiritando de frío.
Como tú, lectora empedernida,
transito entre las hojas no escritas
cultivando egos inflamados
vacíos de caricias.
Como tú,
me encuentro en los márgenes,
en las riberas de árboles caducos
y bajas temperaturas,
en el lánguido otoño
sustentándome en su mano
y no ser una hoja seca más
cubriendo la tierra.-
Las tuyas,
las mías,
las de los otros,
las de las demás...
Oratoria de voces interesadas
sin coherencia implícita.
Palabras,
belleza extrema,
armas cargadas,
herramientas...
Alas al viento manipuladas
en cielos sin paraíso.
No existe el infierno en las letras.
Catarsis purificadora de peripecias
rueda de la Fortuna
moneda de cambio
vehicular del reconocimiento
como...cuando éramos niños
nos seguimos preguntando
¿Quién soy yo?
¿Quién he sido?
Vaivén de olas encrespadas
van
vienen
vuelven
rotas por las rocas
van
vienen
vuelven
despiertan placeres en cuerpos ajenos
en sirenas que adornan sus colas de cantos
en las algas verdes esperanzadas
en los caballitos trepidantes de frío
en esa estrella de mar despistada
movimientos marinos atraídos por la luna esfera
luna azul luna plena
mareas de sentimientos vertidos al agua
en un mensaje sin botella
cometas bailando al viento
en un mar de ritmo incompleto
donde los tiempos se marcan
en esa custodia compartida
de las memorias.-
