Nace el empollo tras las aguas caídas
y un jabardillo emprende el vuelo
buscando calor.
Cuando las hojas se secan,
se desnudan los árboles
húmedos, tiritando de frío.
Como tú, lectora empedernida,
transito entre las hojas no escritas
cultivando egos inflamados
vacíos de caricias.
Como tú,
me encuentro en los márgenes,
en las riberas de árboles caducos
y bajas temperaturas,
en el lánguido otoño
sustentándome en su mano
y no ser una hoja seca más
cubriendo la tierra.-
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